MANTON DE MANILA
Tras la vuelta al mundo de Magallanes, el establecimiento de la colonia comercial española en Filipinas y la nueva ruta marítima descubierta por Andrés de Urdaneta en siglo XVI, propició un nuevo comercio de los productos de asiáticos a España, entre ellos los TAPICES BORDADOS EN SEDA. Los GALEONES de MANILA traían porcelanas, especies, sedas, etc. Esta nueva ruta comercial propició el engrandecimiento y prosperidad de importantes ciudades como Manila, Acapulco, Veracruz, Habana, Cartagena de Indias, etc.. Los primeros TAPICES BORDADOS EN SEDA no tenían flecos y estaban bordados básicamente con motivos orientales (dragones, bambú, pagodas, etc.), fueron posteriormente adaptados a los gustos, con motivos florales más europeos y flecos trenzados estilo macramé al gusto mozárabe.
El MANTÓN de MANILA por su belleza, fue un éxito comercial, sobre todo en Andalucía y Madrid, asociando al vestuario elegante festivo. Es motivo de elogio en varias obras literarias, inmortalizado por maestros de la pintura (Sorolla, Julio Romero de Torres, etc.) prenda habitual en zarzuelas, flamenco y folclóricas hispanas. Los MANTONES DE MANILA venían guardados en bellas en cajas de cartón, con dibujos lacado exterior envueltas con HOLGURA y protegidos en finos pliegos de papel blanco, llamado “PAPEL MANILA” que actúa como regulador natural del grado de humedad. Debemos airearlo anualmente y cambiarlo de posición. Realizar un examen visual por si ha recibido producto del uso, alguna mancha o polución incrustada que acidifique y posteriormente oxide el tejido, produciendo roturas y manchas amarillas. NUNCA DEBEMOS LAVAR EN MEDIO ACUOSO, la limpieza se debe realizar por empresas de confianza, expertas en éstos delicados trabajos.